lunes, 13 de julio de 2015

¿Qué hacer cuando los mejores trabajadores desean irse de la empresa?








Me explico: si esos jefes han creado las condiciones para que los mejores se hayan ido o estén por irse es porque son unos incompetentes. Y los jefes de esos jefes también deberían ser despedidos o al menos amenazados con ser echados como un recurso para forzarlos a que aprendan a gerenciar.

Aunque en su ceguera colectiva un importante número de gerentes peruanos pareciera creer que lo único que importa son los resultados numéricos de corto plazo (las ventas al 31 de este mes y al 31 de diciembre de este), las mejores empresas de los países más desarrollados y los mejores textos de gestión se empecinan en decirnos que eso no es gerenciar.

Ya lo decía décadas atrás el maestro de maestros, "El Tigre" Enrique Valdez Flores: "Gerenciar es lograr resultados a través de la acción de otros". Sencillas y sabias palabras. Si esos otros que te rodean son solo los mediocres que se quedaron contigo, considera que fueron los únicos que no se atrevieron a irse porque ya te habías encargado de espantar a los mejores. No hay forma que gerencies a través de ellos excepto que los arrees como burros.
 
"Latiguea a tu gente como burros de carga y terminarás rodeado de puro burro". Porque los mejores no tolerarán eso por mucho tiempo. Se quedarán mientras les convenga o mientras no tengan mayor opción, pero apenas consigan algo mejor, se irán corriendo. Y es correcto que así sea porque en el largo plazo los mejores colaboradores se quedan trabajando con los mejores jefes y en las mejores empresas. Es ley kármica. Por ello, sugiero que a un jefe solo se le debería medir por la cantidad y calidad de buenos subordinados que logra atraer y retener.

"Pero Luis Felipe -protestarás tú indignado- ¿estás sugiriendo que el jefe no se preocupe de los resultados numéricos de corto plazo?"

sumillas_que_hacer_trabajadores_quieren_irse.jpg"¡Exacto!" es mi respuesta categórica. Esa será la preocupación de esos subordinados súper competentes quienes, aunque no lo creas, no buscan la excelencia porque tú los latiguees, los arrees o los amenaces. Buscan el éxito (lo que incluye subsidiariamente los resultados e indicadores de corto y de largo plazo) solo porque les da la gana. Buscan el éxito porque eso es lo que les nace, esa es su naturaleza. Buscan la excelencia desde antes de conocerte y seguirán buscando la excelencia después que tú hayas desaparecido de su camino. A ti solo te queda esforzarte en retenerlos lo más posible en tu camino.

Pregúntate entonces ¿estás atrayendo y reteniendo a gente así? Si no lo estás haciendo, quien debe cambiar eres tú.

Si tus resultados actuales son malos no deberías culpar a esos pobres sobrevivientes que te han tenido que soportar por tantos años renunciando a su ego y a sus sueños (o, tal vez, nunca los tuvieron). Tampoco preguntes: "¿por qué los mejores se van?". Mejor pregúntate: "¿qué hago para que los mejores se vayan y por qué lo hago?".

Terminaré con el mejor principio de la psicoterapia infantil que conozco: "No hay niños problema, solo padres problema"; el que parafraseado nos dice que "no hay trabajadores problema, solo jefes problema". Y que, por tanto, "no hay jefes problema, solo gerentes problema". Enfrenta al "enemigo en el espejo" o seguirás sin rumbo.







Esta entrada contiene un artículo de:
Luis Felipe Calderón Moncloa
Profesor del área de Administración. Doctorando en la Université Jean Moulin, Lyon, Francia. DEA, Universidad de Niza, Francia. MA in Management Learning y MSc in Information Management, Lancaster University, United Kingdom. MA, ESAN, Perú. Bachiller en Psicología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.
Profesor del MBA de ESAN.

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