Me
explico: si esos jefes han creado las condiciones para que los mejores
se hayan ido o estén por irse es porque son unos incompetentes. Y los
jefes de esos jefes también deberían ser despedidos o al menos
amenazados con ser echados como un recurso para forzarlos a que aprendan
a gerenciar.
Aunque
en su ceguera colectiva un importante número de gerentes peruanos
pareciera creer que lo único que importa son los resultados numéricos de
corto plazo (las ventas al 31 de este mes y al 31 de diciembre de
este), las mejores empresas de los países más desarrollados y los
mejores textos de gestión se empecinan en decirnos que eso no es
gerenciar.
Ya lo decía décadas atrás el maestro de maestros, "El Tigre" Enrique Valdez Flores: "Gerenciar es lograr resultados a través de la acción de otros".
Sencillas y sabias palabras. Si esos otros que te rodean son solo los
mediocres que se quedaron contigo, considera que fueron los únicos que
no se atrevieron a irse porque ya te habías encargado de espantar a los
mejores. No hay forma que gerencies a través de ellos excepto que los arrees como burros.
"Latiguea
a tu gente como burros de carga y terminarás rodeado de puro burro".
Porque los mejores no tolerarán eso por mucho tiempo. Se quedarán
mientras les convenga o mientras no tengan mayor opción, pero apenas
consigan algo mejor, se irán corriendo. Y es correcto que así sea porque
en el largo plazo los mejores colaboradores se quedan trabajando
con los mejores jefes y en las mejores empresas. Es ley kármica. Por
ello, sugiero que a un jefe solo se le debería medir por la cantidad y
calidad de buenos subordinados que logra atraer y retener.
"Pero
Luis Felipe -protestarás tú indignado- ¿estás sugiriendo que el jefe no
se preocupe de los resultados numéricos de corto plazo?"
"¡Exacto!"
es mi respuesta categórica. Esa será la preocupación de esos
subordinados súper competentes quienes, aunque no lo creas, no buscan la
excelencia porque tú los latiguees, los arrees o los amenaces. Buscan
el éxito (lo que incluye subsidiariamente los resultados e indicadores
de corto y de largo plazo) solo porque les da la gana. Buscan el éxito
porque eso es lo que les nace, esa es su naturaleza. Buscan la
excelencia desde antes de conocerte y seguirán buscando la excelencia
después que tú hayas desaparecido de su camino. A ti solo te queda
esforzarte en retenerlos lo más posible en tu camino.
Pregúntate entonces ¿estás atrayendo y reteniendo a gente así? Si no lo estás haciendo, quien debe cambiar eres tú.
Si tus
resultados actuales son malos no deberías culpar a esos pobres
sobrevivientes que te han tenido que soportar por tantos años
renunciando a su ego y a sus sueños (o, tal vez, nunca los tuvieron).
Tampoco preguntes: "¿por qué los mejores se van?". Mejor pregúntate:
"¿qué hago para que los mejores se vayan y por qué lo hago?".
Terminaré
con el mejor principio de la psicoterapia infantil que conozco: "No hay
niños problema, solo padres problema"; el que parafraseado nos dice que
"no hay trabajadores problema, solo jefes problema". Y que, por tanto,
"no hay jefes problema, solo gerentes problema". Enfrenta al "enemigo en
el espejo" o seguirás sin rumbo.
Esta entrada contiene un artículo de:
Profesor del MBA de ESAN.
Luis Felipe Calderón Moncloa
Profesor del área de Administración. Doctorando en la Université Jean
Moulin, Lyon, Francia. DEA, Universidad de Niza, Francia. MA in
Management Learning y MSc in Information Management, Lancaster
University, United Kingdom. MA, ESAN, Perú. Bachiller en Psicología,
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.Profesor del MBA de ESAN.
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