Es indudable: tu imagen dice mucho de ti. ¿Estás dando las señales correctas?
Si bien es cierto que el éxito profesional está asociado a un sinfín
de características y habilidades, también lo es que un gran porcentaje
se relaciona con la imagen y lo que ésta transmite.
Diversos estudios demuestran que, en una conversación, 97 por ciento
de una buena comunicación depende del lenguaje no verbal y sólo 3 por
ciento de lo que decimos. Sin embargo, muchas personas se olvidan de
este 97 por ciento, que está asociado a la voz, la postura y la vestimenta, entre otros aspectos, provocando que su mensaje tengo poco efecto sobre los demás.
Dime cómo vistes y te diré quién eres
El cuerpo emite muchas señales. Por medio de tu vestimenta, forma de
sentarte o incluso los gestos, podrías estar diciendo a los demás que te
encanta tu trabajo o que eres perezoso y odias lo que haces.
Puedes
causar la impresión de ser una persona accesible, dominante o bien, desinteresada.
Cada día, el tema de la imagen cobra un papel crucial en los negocios
y en los proyectos de vida. El interés por acudir a un profesional para
moldear la apariencia ha crecido en los últimos años. Tan es así, que
incluso aquellas personas que quieren parecer inocentes ante un juicio,
contratan a un profesional para que les ayude a evidenciar su inocencia a través de su imagen.
Políticos prominentes saben que esto es cierto, y para sus campañas
realizan un cambio de imagen con el fin de alcanzar más votos; claro
está, la apariencia externa siempre deberá ser congruente con lo se
lleva por dentro, pero es más fácil atraer a otros a través de la imagen
exterior que de la interior.
Una vez que se ha logrado captar esa
atención será más sencillo exponer las capacidades que se poseen. ¡Ése es el secreto!
A continuación te comparto diez claves para acercarte a tus objetivos a través de la imagen:
1. Viste con un objetivo en mente. Al ir de compras y
elegir tu ropa por la mañana, piensa en los objetivos de tu vida. Si lo
que quieres es que te perciban como una persona madura y profesional,
comprar ropa muy juvenil o demasiado casual sería algo incongruente. ¿No
crees?
2. Domina el lenguaje de los colores. Estudia la
psicología de los colores. ¡Te ayudará mucho más de lo que crees! Por
ejemplo, si asistes a una entrevista de trabajo, no deberías vestir de
rojo, pues podrías parecer una persona agresiva y a la que le gustan las
confrontaciones. Si usas azul comunicarás confianza y liderazgo.
3. Juega con las texturas. Cada textura evoca
sensaciones diferentes en los demás. Las telas pesadas pueden hacerte
lucir más profesional, y al contrario, telas con encajes o
transparencias podrían proyectar una apariencia de poca seriedad.
4. Conoce tu tipo de cuerpo. Dos personas pueden
utilizar el mismo pantalón y no lucirlo igual. Todo dependerá de su tipo
de cuerpo. No te dejes llevar por la moda: aprende a elegir las prendas
que te favorezcan.
5. Pon atención a los detalles. Una camisa bien
planchada, una corbata con el largo correcto, unos pantalones con los
pliegues bien definidos o unos zapatos bien lustrados hablan bien de ti.
Si eres capaz de cuidar los detalles, darás la impresión de que puedes
llevar las riendas de un negocio.
6. Cuida tus manos. Tus manos dicen mucho más de ti de
lo que crees. Unas manos bien hidratadas, con las uñas cuidadas, hablan
de una persona disciplinada y cuidadosa.
7. Camina como una persona exitosa. Es decir, siempre erguido y con la mirada hacia adelante. No camines encorvado o viendo hacia abajo: esto transmitirá inseguridad y poca sociabilidad.
8. Sé respetuoso. Mira a los ojos cuando hables, no interrumpas y sé cortés. Una persona amable siempre será más respetada que una que no lo es.
9. Recuérdate lo bueno que eres. Recordar tus
cualidades, tus triunfos y cómo los fracasos te han hecho lo que eres te
ayudará a transmitir una personalidad agradable a los demás. Si tú no
te esfuerzas por recordar lo bueno que eres, nadie lo hará por ti… y
mucho menos lo verán.
10. Tómate las cosas en serio. Hay un tiempo para
cada cosa, pero si pasas la vida haciendo chistes, a menos que seas
comediante, no lograrás que los demás te tomen en serio. Procura que
cuando se trate de un proyecto, negocio o tu vida laboral, los demás
vean que tomas las cosas en serio.
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