miércoles, 16 de diciembre de 2015

Palabras y frases que debes evitar en una entrevista de trabajo

La entrevista laboral es tu presentación ante un posible trabajo y saber qué palabras usar puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Estas son algunas de las que debes evitar.
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¿Tienes entrevistas de trabajo pero no terminan de cuajar en ofertas? Puede que tu perfil no termine de adaptarse a las empresas o que haya algo que falla durante tu exposición y podría ser directamente tu lenguaje. La mayoría de recomendaciones para afrontar este escollo hablan del lenguaje corporal, el tono de voz e incluso cómo saludar y despedirse. Se sobrentiende que todo el mundo hace un buen uso del lenguaje pero la realidad es que no es así.

Por mucho que cuides el resto de aspectos durante la entrevista, si el contenido no es adecuado nunca pasarás el corte. En este sentido hay palabras que debes evitar a toda costa si no quieres dejar un sabor de boca agridulce en tu entrevistador.

La primera es "No" y cualquier otra negación en general. Tampoco se trata de obviarlas por completo, pero sí de no usarlas en exceso y si se trata de una pregunta cuya respuesta es "sí" o "no", añadir siempre algo más en caso de que la contestación sea la segunda. Por ejemplo, si se trata de un conocimiento que no posees, puedes decir que no has tenido la oportunidad de aprenderlo, pero que estarías interesado en hacerlo.
 
También debes evitar el término "nervioso" y sus derivados. Es lógico que estés nervioso, pero reconocerlo no te va a ayudar. Ninguna compañía quiere contratar a un trabajador con problemas de confianza. Por eso mismo comenzar una entrevista reconociendo que estás nervioso es un error de campeonato. Del mismo modo, evita hablar de cuestiones como "debilidades" o "errores" que hayas cometido a no ser que te lo pregunten directamente. Y si es el caso, nunca respondas con el manido "soy demasiado perfeccionista" o similares.


Trata de no hablar de tus necesidades. Una entrevista sirve para que la empresa hable de sus necesidades y a partir de ahí que tú averigües cómo puedes ayudarles a solucionarlas. Poner en liza tus necesidades puede hacer que te etiqueten como una persona con la que después será complicado trabajar y excesivamente demandante. Por su puesto, nunca digas lo mucho que necesitas el trabajo y no porque la empresa pueda aprovechar tu desesperación para hacerte una oferta a la baja, sino porque puede interpretarlo como un signo de debilidad. Ten en cuenta que la mayoría de compañías busca personas que quieran desarrollar una carrera profesional, no encontrar un trabajo.
 
Obvia todo lenguaje con connotaciones negativas. Palabras como terrible, horrible, nefasto, odio y similares deben quedar desterradas. Sobre todo evita hablar en estos términos sobre tu empresa actual o antiguos empleadores y también referirte a tu trabajo con ellos en plural como "nosotros". Por su puesto, esto también se aplica a los insultos y cualquier lenguaje malsonante en general.


Si lo haces, discúlpate, pero evita hacerlo de forma sistemática, ya que puede hacerte parecer demasiado pasivo o indeciso. Esto mismo ocurre con los "peros" y los "sólos". En lugar de decir, "sólo pienso..." di "pienso", ya que de lo contrario puedes transmitir cierta inseguridad
 
Practica también para eliminar cualquier cliché de tu vocabulario. Son sólo palabras de relleno, que no aportan nada y pueden transmitir cierta inseguridad. En el peor de los casos pueden hacer que no parezcas del todo honesto. Uno de los primeros que debes dejar de usar es "de hecho", porque puede sonar a corrección y no quieres que el entrevistador piense que eres tan arrogante como para hacerlo.
 
"Ventaja", "sinergia", "networking", "win-win"...no quieras dártela de experto en marketing o en jerga corporativa. A no ser que sea necesario deja en casa los anglicismos y los términos de ese tipo que tienen más que ver con el postureo. Puedes quedar muy mal si los usas demasiado. Tampoco abuses de "trabajo en equipo", "dedicación" y el resto de términos que ya has usado en tu currículo y en tu perfil de LinkedIn.
 
Aunque sabemos que el salario es clave, no debes tocar el tema a no ser que lo haga el entrevistador o si termina la reunión y todavía no lo habéis tratado. Palabras como sueldo, compensación, dinero y similares no deben formar parte de tu discurso, centrarte en el salario puede hacer entender a la empresa que estás allí sólo por el dinero. ¿Contratarías tú a una persona cuya única motivación sea salarial?
 
Lo mismo ocurre con los beneficios que pueda ofrecer la empresa o con cuestiones como las vacaciones. Cuando llegue el momento de tratar estos temas hazlo, pero hasta entonces no seas tú quien los saque a la palestra. 
 
 

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